Lo que más me gusta de
estas dinámicas bloggeriles es que cada semana ocurre algo que me
hace recuperar, un poco, la esperanza en el ser humano: ver como todo
un círculo de gente se cierra en torno al problema (técnico) de uno
de sus miembros me dejó estupefacta, digamos que incluso me emocionó
comprobar que todavía queda gente dispuesta a ayudar a los demás
sin esperar nada a cambio y eso es... alucinante.
Después del inciso,
quienes protagonizaron ese momento ya saben que me refiero a ellos,
esta semana tengo que agradecer un par de envíos: uno a
Inma Ramos,
la ilustradora preciosa que se esconde detrás de las niñas gritonas
de
p.nitas, a quien compré una camiseta muy molona; y el otro a nuestra visitante
number
one,
Remorada Purple Prose, que me ha enviado, como tercera
clasificada de un concurso sobre la búsqueda más divertida (a
La curiosidad mató al gato la encuentran a través de gatitos cíclopes), un
aparatejo hiper molón cuyas
utilidades prácticas me permitirán colaborar con artistas y
mercaderes, es decir, mercenarios de la cultura, de mi zona.